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jueves, 23 de mayo de 2019





El señor Pérez de Guzmán, político e historiador rondeño, nacido en el siglo XIX, dio nombre a un instituto de nuestro pueblo y jamás creo que pensaría que de él nacería otra cosa igual. Un centro que es referente para toda la comarca de educación igualitaria y de calidad. Al Pérez se llega como niño y te vas dejando la adolescencia para ser un adulto formado en valores. Del dicho al hecho va un trecho, dice el refrán, pero ese trecho aquí en el Pérez se convierte en una distancia que, para muchos resultara ser algo inolvidable. Tanto para niños y niñas, alumnos y alumnas, comunidad educativa, padres y madres, todos nosotros y todo aquel que pisa el centro, llega y se va con la idea de que aquí se hacen las cosas bien, se cuida al compañero, desde los buenos días de los conserjes hasta el hasta mañana de los profes, nunca nadie se va de vacío de aquí.
Yo, Javi Guerrero, pasé por allí ya hace cinco años, y cada día lo echo de menos. Echo de menos el trato humano y cariñoso que en el Pérez se respira. Yo, siendo de Ronda, no tuve la suerte de estudiar allí, pero mi año con vosotros fue y es un recuerdo que me ha enseñado a ser un humilde profesor que da las gracias a todo aquel que, en estos cincuenta años, ha formado parte de este gran centro rondeño de la educación. 

Feliz cincuenta aniversario y felices los próximos cientos de años.

                                                                              Javier Guerrero

miércoles, 22 de mayo de 2019

Recuerdos del Bachillerato






Hoy la he encontrado, un poco estropeada pero muy guardada, con intención de que nunca se pierda.
Hice 6º de Bachillerato y COU en Ronda. Entre las Esclavas y el Peréz de Gúzman, transcurrieron años, que aunque no muchos, para una niña (como otras muchas y muchos), que salía de casa y continuaba estudios en otra población, marcaron de forma clara parte del camino que he recorrido. Años finales de una etapa histórica, preconstitucionales.
La fiesta final de curso en casa de mi tutor fue el punto y seguido de todo lo que Don Ramón Corrales, mi profesor de Filosofía y tutor, había ido depositando en nuestras mentes. Nos regaló todo aquello, que aunque escrito en los libros, solo una persona de ese calibre es capaz de transmitir. Desarrollar y potenciar “nuestras cualidades” (las características que distinguen y definen a las personas, los seres vivos en general y las cosas. El término proviene del latín qualitas y permite hacer referencia a la manera de ser de alguien o algo). Más concretamente, si nos remitimos a lo escrito por Aristóteles acerca de este concepto podemos decir que, la cualidad es una particularidad que permite entender la esencia de un objeto o sujeto.
Don Ramón, entendió nuestra esencia y alimentó su capacidad de desarrollo en cada uno de nosotros. Desde el saber estar en clase (algo tan complicado actualmente) hasta sentir la necesidad de formar parte de una forma constructiva de la sociedad.
Fueron más los profesores y profesoras los que depositaron sus conocimientos, sus enseñanzas sobre aquellas promociones que estamos a punto de cerrar nuestro ciclo como docentes y no docentes, que junto a nuestras familias, en concordancia y respeto, son los artífices de que nuestro proyecto de vida haya sido una realidad.
No pretendo caer en la anécdota o el recuerdo.
Mi más sincero agradecimiento a cada uno de ellos y.. ¿Cómo no?, especialmente a Don Ramón,

Dolores del Pilar  Jimenez Pérez

jueves, 16 de mayo de 2019






—Creo que es importante recordar para que no se olviden las cosas y poderlas contar porque, si no hay nadie que cuente las cosas o alguien que las escriba, las cosas se pierden... Pero ¿a quién pueden interesarle mis historias? Yo no soy alguien importante, salvo para mí, claro. Y, además, no me creo capaz de dar lecciones de nada —dijo Shana esquiva.
A Roberto esas palabras le recordaron a don Ramón y los consejos que daba cuando fue su profesor de Filosofía en el instituto. Era una persona que destilaba bondad y amor por lo que hacía; trataba a los alumnos como si fueran sus sobrinos a pesar de los continuos desaires que le hacían en clase. A él le gustaban especialmente las disertaciones del profesor sobre sus experiencias vitales, como cuando recordaba su infancia y se reía de las contradictorias costumbres de la España nacional católica que le había tocado vivir.
Don Ramón intentaba sembrar en ellos el gusto por la vida y que repararan en lo fugaz de la existencia. Él, acaso como Shana, tampoco se creía capaz de influir en nadie, y menos, en un puñado de adolescentes presos de pulsiones y caprichos de hormonas alocadas.

(Texto extraído de 'Plaza de la Oscuriá', pp. 31-32)

miércoles, 8 de mayo de 2019

La Reforma .


        

DESDE EL CORAZÓN…(DE LA REFORMA)

     Los niños de pueblo nunca lo hemos tenido fácil…Si al acabar la EGB, decidías proseguir tus estudios, no solo debías desplazarte a una localidad mayor, en mi caso, Ronda, sino además separarte de tu familia durante toda la semana. A la edad de 14 años, no es una decisión fácil.
     Pero yo  tenía muy claro que quería ir al instituto para posteriormente continuar en la Universidad. 
     Las niñas tenían como residencia el internado de  las Esclavas y mi caso no fue diferente. De lunes a viernes convivíamos estudiantes de Bachillerato y de FP, provenientes de las provincias de Málaga, Cádiz o Sevilla.
     El instituto Pérez de Guzmán, único centro de Bachillerato en Ronda fue mi elección. El día de mi matriculación se  ofreció a mis padres la posibilidad de elegir la modalidad de Reforma en lugar del BUP tradicional. Era el primer curso de implantación en el centro. Tras algunas asambleas informativas mis padres eligieron esa opción.
     El principio no fue fácil: eramos los “bichos raros” del instituto cursando aquellas enseñanzas experimentales. Para colmo, por falta de espacio nos desplazaron a los tres grupos (R1-R2-R3), al edificio que se encuentra enfrente del IES Martín Rivero. No se entendía qué estudios podíamos hacer sin tener libros de texto. Los comentarios que se hacían a nuestras familias no eran tampoco muy positivos: ”No hay nada como la metodología tradicional…” “Nunca llegarán a la Universidad con ese experimento…”
     La Reforma Experimental de Enseñanzas Medias (REM) constaba de cuatro cursos, denominados 1º,2º,3º y 4º de Reforma, el término COU para nosotros no existía.
     Las asignaturas eran comunes en 1º y 2º pero en 3º y 4º había que elegir entre tres modalidades: Ciencias y Tecnología, Humanidades o Sociales y Administrativo(esta última cursada en el Martín Rivero):
     Las asignaturas de los dos primeros cursos eran Lengua Española, Matemáticas, Biología, Física y Química, Tecnología, Geografía e Historia y Lengua Extranjera(Inglés o Francés), Educación para la Convivencia y una optativa, en mi caso, Cine.
      Luego en 3º y 4º dependía de cada modalidad, yo elegí Humanidades donde obligatoriamente teníamos Matemáticas en 3º y Biología en 4º. Yo de hecho en Selectividad tenía que elegir entre Latín y Biología e hice esta última. Una segunda Lengua Extranjera era obligatoria en las tres modalidades.
     Aparte de las evidentes diferencias en el currículo, había otras no menos desdeñables:
         -La relación profesor-alumno era especial, mucho más estrecha y entrañable que en el BUP, aunque se tratase de los mismos profesores. Recuerdo haber merendado crêpes en casa de nuestra tutora, Mari Luz Campaza, almorzado empanada gallega en casa de nuestra profesora de Lengua y Literatura María José Fernández, degustado por primera vez una musaka en casa de nuestra profesora de Griego, Yolanda Luna, disfrutado de una gigantesca paella para los tres grupos en casa de José Luis López Lobato y Ana Ávila con su posterior baño en la piscina. Ya en la modalidad de Humanidades, toda mi clase: Nina, José Antonio, Auxi, Patricia, Maite, Rocío,  Carmen Mari, Francisco y yo fuimos invitados a pasar el fin de semana al piso de nuestro profesor de Historia, Manolo Morales, en Maracena(Granada).
     -La metodología era totalmente práctica, la pedagogía por Proyectos actual es un legado de la Reforma.
      -En cada clase, había un diario en el que cada estudiante de forma voluntaria escribía sus impresiones y comentarios.
    El hecho de estar un poco apartados del resto, nos unió más si cabe los unos a los otros.
     Hay tantas experiencias vitales en estos cuatro cursos que nunca olvidaré y que formarán parte de mí el resto de mi existencia:
    Nuestro viaje Fin de Curso a Italia. Lo hicimos en autobús desde Ronda y haciendo noche en LLoret de Mar y Niza a la ida y a la vuelta. El grupo La Guardia puso la  banda sonora esa semana, y cada vez que lo escucho no puedo evitar recordar lo qué aprendimos, disfrutamos y reímos esos días…
     Increíble fue para mí, en mi primer curso, la optativa de Cine. Nuestro profesor, José Luis López Lobato, nos ofreció la posibilidad de hacer un examen sobre los contenidos o eximirnos del examen si participábamos en un concurso de Guiones de Cine, organizado por el Ayuntamiento. Yo decidí participar en el concurso, evidentemente para librarme del examen. Pero cuál  fue mi sorpresa, cuando me anuncian que soy la ganadora con mi guión La venganza de la Rosa. El premio consistía en un cheque de diez mil pesetas y el rodaje de la película. La cuantía era bastante elevada para la época y se me dijo que debería acompañarme un familiar en la entrega del premio para recoger el cheque. Mi madre me acompañó, emocionada. Se me insistió para que yo protagonizara la película, pero mi timidez me lo impidió, aunque aparezco en algunas escenas como extra.
       Podría continuar rememorando pero sería interminable… Sirva este sencillo relato, como homenaje a mis compañeros y amigos de Reforma y a nuestros maravillosos profesores, especialmente a: Antonio Porras, Brenda Wadley, Rosario Portillo, Mari Luz Campaza, Juan Cañadas, María José Fernández, Manolo Morales y José Luis López Lobato…que contribuyeron con su labor, comprensión, ilusión y cariño en hacer de nosotros ciudadanos del futuro.
Carmen Bocanegra Valle

 La Orden 2 de mayo de 1984 de la Consejería de Educación y Ciencia, incorporaba a la Comunidad Autónoma de Andalucía al proceso de reforma de la estructura educativa, en colaboración con el Ministerio de Educación y Ciencias y demás Comunidades Autónomas.

   Hacemos referencia a un libro que cuenta esta experiencia bajo el título: "La reforma experimental de las Enseñanzas Medias (1983-1987): Crónica de una ilusión" de  varios autores, publicado en 2010.
Este libro saca a la luz un capítulo de nuestra reciente historia sin el cual no se entiende del todo la trayectoria del sistema educativo español durante los últimos veinticinco años. Sus páginas ofrecen una crónica de la Reforma de las enseñanzas medias firmada por algunos de sus protagonistas. Fue un empeño admirable, que recogió y despertó no pocas ilusiones en la España de la postransición e implicó a decenas de profesores y a centenares de alumnos, unos y otros convertidos por vez primera en actores de una tentativa insólita: hacer una reforma educativa desde abajo. No se pretende resucitar antiguas polémicas, sino proporcionar información de primera mano a los estudiosos, refrescar la memoria de quienes vivieron de cerca el desarrollo de la experiencia y someter a la consideración del lector curioso el relato de un episodio memorable.
Tras esta experiencia, hubo un proceso de reorganización y burocratización de la misma que finalizó en 1992 con la publicación de la LOGSE.